sábado, 29 de agosto de 2009

...Valerie...

No sé quién eres. Por favor, créeme. No puedo convencerte de que esto no es una de sus trampas. Pero no me importa. Yo soy yo, no sé quién eres tú, pero te quiero. Tengo un lápiz pequeño que no me han encontrado. Soy una mujer. Lo escondí dentro de mi. Tal vez no pueda volver a escribir, así que ésta es una larga carta acerca de mi vida. Es la única autobiografía que jamás escribiré y, dios, la estoy escribiendo en un pedazo de papel de váter.

Nací en Nottingham un día muy lluvioso de 1957. A los 11 años empecé a ir a un instituto femenino. Quería ser actriz. Conocí a mi primera novia en el instituto. Se llamaba Sara. Tenía 14 años y yo 15, pero estábamos las dos en clase de la Srta. Watson. Tenía unas muñecas preciosas.
En clase de Biología, mirando fetos de conejo en tarros de formol, escuché a la Sra. Hird decir que eso era sólo una fase adolescente que se supera. Sara sí, yo no.

En 1976 dejé de fingir y llevé a casa a una chica que se llamaba Christine para que conociera a mis padres. Una semana después me fui a Londres y empecé a estudiar teatro. Mi madre decía que le había roto el corazón…

…Pero lo que me importaba era mi integridad. ¿Soy egoista por ello? Se vende por muy poco, pero es lo único que tenemos en la vida. Es lo último que nos queda… ¡…y con ella somos libres!
Londres: era feliz en Londres. En 1981 hice de Dandini en la Cenicienta: mi primer trabajo en teatro. El mundo me parecía raro y enloquecido, con esas multitudes invisibles tras los focos y todo ese glamour. Era excitante, pero me sentía sola.

Por la noche me iba a bares de chicas, pero mi actitud era distante y no me desenvolvía con facilidad. Conocí bien el ambiente, pero no me sentía cómoda. Muchas de ellas sólo querían ser lesbianas. Era su vida, su ambición, lo único de lo que hablaban. Pero yo quería algo más. Yo quería algo más.

El trabajo mejoró. Conseguí pequeños papeles, luego fueron mayores. En 1986 protagonicé ‘Las Salinas’: un éxito de crítica pero no de público. Conocí a Ruth en el rodaje. Nos amábamos. Vivimos juntas y el día de San Valentín me enviaba rosas y… ¡Dios, teníamos tanto! Esos fueron los mejores años de mi vida.

En 1988 empezó la guerra… Y después ya no hubo más rosas. Para nadie.

En 1992, tras la invasión, empezaron a hacer redadas de gays. Se llevaron a Ruth cuando estaba en la calle buscando comida. ¿Por qué nos tienen tanto miedo? La quemaron con colillas y la obligaron a darles mi nombre. Firmó una confesión donde afirmaba que yo la había seducido. No la culpe. La quería tanto… No la culpé.

Pero lo hizo. Se suicidó en su celda. No pudo soportar su traición, el haber entregado su dignidad. Oh, Ruth. Vinieron a por mi. Dijeron que quemarían todas mis películas. Me raparon la cabeza. Me la metieron en un váter mientras decían chistes de lesbianas. Me trajeron aquí y me drogaron. Ya no siento la lengua. No puedo hablar.

La otra lesbiana que había aquí, Rita, murió hace dos semanas. Imagino que yo lo haré pronto. Es extraño que mi vida tenga que acabar en un lugar tan horrible, ya que durante tres años todo han sido rosas y ninguna disculpa.

Moriré aquí, cada parte de mi morirá… Excepto una. Una parte. Es pequeña y frágil y es la única cosa en la vida que merece la pena tener. No debemos perderla, ni venderla, ni desecharla. No debemos dejar que nos la quiten.

No sé quién eres ni si eres hombre o mujer. Tal vez no llegue a verte. Nunca te abrazaré, ni lloraré, ni me emborracharé contigo. Pero te quiero.

Espero que escapes de este lugar. Espero que el mundo cambie, que las cosas mejoren, y que la gente se regale rosas otra vez. Ojalá pudiera besarte.

Valerie

V de Vendetta, por Allan Moore y David Lloyd


jueves, 27 de agosto de 2009

El amor no se define por color, credo, ni género.


Soy la madre que no se le permite visitar a los hijos que dió a luz, cuidó y crió. Las cortes dicen que no cumplo los requisitos de una madre porque ahora vivo con otra mujer.

Soy el muchacho que nunca terminó el instituto porque todos los días me llamaban Maricón.

Soy la muchacha que echaron de su casa porque le confesé a mi madre que era lesbiana.

Soy la prostituta trabajando en las calles porque nadie quiere contratar un transexual.

Soy la hermana que abraza fuertemente a su hermano gay durante largas noches de miedo y llanto.

Somos los padres que enterraron a su hija mucho antes de lo debido.

Soy el hombre que murió sólo en el hospital porque no le permitieron a quien fue mi pareja durante 27 años acceso al cuarto.


Soy el niño huerfano que se despierta de pesadillas donde lo remueven del único hogar donde le han mostrado amor, simplemente porque tiene dos padres. Cómo desearía que me adoptaran. Yo no estoy entre los que han tenido suerte.

Me suicidé solo semanas antes de graduarme del instituto. Ya no podía aguantar más.

Somos la pareja que el casero dejó plantada cuando se enteró que queríamos alquilar un cuarto para dos hombres.


Soy la persona que nunca sabe qué baño utilizar si quiere evitar ser enviado a la gerencia.

Soy la sobreviviente de violencia doméstica que se dió cuenta que el sistema de apoyo se volvió frío y distante cuando se enteraron que mi pareja abusiva era también una mujer.

Soy el superviviente de violencia doméstica que no tiene sistema de apoyo alguno al cual acudir debido a que soy un hombre.

Soy el padre que nunca ha abrazado a su hijo porque crecí con miedo a mostrarle afecto a otros hombres.


Soy la maestra de economía doméstica que siempre deseó ser maestra de deportes hasta que alguien le dijo que sólo lesbianas hacen eso.

Soy la mujer que murió cuando los paramédicos dejaron de tratarla al enterarse que era un transexual.

Soy la persona que se siente culpable porque pienso que podría ser una mejor persona si la sociedad no me aborreciera.

Soy el hombre que dió de lado a sus creencias, no por dejar de creer, sino porque me rechazaban como persona

Soy un guerrero sirviendo a mi país, pero no puedo revelar mi verdadero estilo de vida porque ser gay no está permitido en el ejército.


Soy la persona que tiene que ocultar y reservar para sí lo que este mundo más necesita: amor.

Soy la joven que se averguenza de confesarle a sus amigas que soy lesbiana, porque constantemente hacen bromas de ellas.


Soy el joven amarrado a una verja, golpeado brutalmente y abandonado a mi suerte porque dos hombres 'machos' querían 'darme una lección'.

*Nota: El texto no es mío, lo copié de un evento del Tuenti. No he encontrado la fuente original.

martes, 25 de agosto de 2009

Canción - Por amor al arte, Iván Guevara

¡Hola chatinas! Regresé de las "vacaciones" (por llamarlas de algún modo porque no han hecho honor a su significado) pero no actualicé porque me puse a estudiar, (llevo todo el mes de agosto así) cosa que seguiré haciendo hasta el día 5 de septiembre (de 12 a 14 h. enceded una velita por mí)

Mis próximas actualizaciones las voy a dedicar expresamente a mis experiencias anexas a la historia principal "lésbica frustrada" que tuve (y todas ellas posteriores), pero ya os digo que será post-examen de septiembre. Mientras tanto, si algún día tengo minutos libres, os dejaré notitas fugaces. Hoy me apetecía poner esta preciosa canción, Por amor al arte, de un cantante más bien poco conocido, Iván Guevara. Trata del amor entre dos mujeres. Unos versos lindísimos.
Os recomiendo otros temas de Iván como Tan solo yo quería o Quiero verte.

*Pdt.: Me he enganchado a The L Word, y es difícil compaginar la serie con estudiar xD (no me apedreéis por ver la serie en vez de actualizar aquí, ¡ya me diréis qué os parece mejor opción, jaja!)

Por amor al arte…
Dejaron de escribirse historias para contarte...
Se secaron los mares de sueños pa’ despertarte
Por amor al arte la noche se hizo de día borrando la oscura sombría de tu soledad
Por amor al arte…
La luna se bajo del cielo pa’ consolarte
Las nubes dejaron paso al sol para iluminarte, por amor al arte tu vida ya no era tan fría y dejaste de sentirte vacía por tu soledad

Y apareció en tu vida la chica de tus sueños, esa princesa herida y ella curó tu infierno y aunque tú no sabias que aunque nacieras princesa, no querías un romeo esperabas a Julieta... nadie supo explicarte por qué la querías, que el hombre de tu vida se llamaba María, pero escúchame amiga si ella también quiere amarte, ¿por qué darle mas vueltas? yo sé que es por amor al arte…
Es por amor al arte

Por amor al arte, lloraste lágrimas de miedo hasta secarte
Dejaste a un lado cada duda para lanzarte
Por amor al arte supiste salir adelante rompiendo por fin las cadenas de tu soledad

Y al fin te ilusionaste, saliste y le gritaste, a tu soledad...


Os dejo dos vídeos con distintas imágenes para que elijáis el que más os guste ;)



L'amour!!! :)

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